La Villa de Moya celebra su gala de Honores y Distinciones

Los hermanos Hernández Pérez y el IES Doramas reciben la medalla de
oro del municipio
● María Milagrosa y Julio César Moreno, a título póstumo, han sido
distinguidos como Hijos Adoptivos de la Villa de Moya, mientras que
Celso Navarro y Candelaria Moreno se han convertido en Hijos
Predilectos del municipio

La Villa de Moya reconoció, en el día de hoy, de manera pública a algunas personas
que han contribuido a hacer del municipio y de sus vecinos un lugar mejor. Un acto
que se vivió con mucha emotividad y en el que se recordaron momentos que para
siempre quedarán grabados en la historia del municipio.
El acto celebrado en el Polideportivo Municipal comenzó con la lectura del acta del
pleno en el que fueron otorgados los honores y distinciones. La noche la abrió la
familia Hernández Pérez, recibiendo en manos del más joven de ellos, Luis
Hernández Pérez, la medalla de oro del municipio. Los doce hermanos ostentan el
récord Guinness a la edad combinada más alta del mundo con sus 1.058 años
siendo naturales de la Villa de Moya.
La medalla de oro también ha sido otorgada al IES Doramas por sus méritos
educativos, sociales, culturales, deportivos y de conservación del patrimonio.
Además de contribuir a formar una sociedad más justa en su compromiso con la
igualdad, la integración y la convivencia de las diferentes generaciones que han
pasado por sus aulas para empaparse de sus valores.
Seguidamente, se han entregado los distintivos a los Hijos Adoptivos del municipio.
María Milagrosa Beltrán ha sido reconocida por su trayectoria al frente de Cáritas
durante más de quince años en el municipio. Mientras, a Julio César Moreno, como
título póstumo, se le reconoce su contribución al desarrollo e impulso de la
restauración en el municipio a lo largo de los años.

Como Hijos Predilectos han sido nombrados Candelaria Moreno y Celso Navarro.
La primera de ellas fue la primera mujer en recibir el acta de concejala en el
Consistorio municipal hace más de cincuenta años, a lo que suma su incansable
labor pública que ha permitido que el calado uno de los oficios artesanos más
importantes de las islas se siga ejerciendo hoy en día en la Villa de Moya. Son
numerosas las generaciones que han pasado por sus manos disfrutando de sus
enseñanzas. Finalmente, Celso Navarro recibió la distinción por su labor social
como sacerdote y maestro Zen, siempre al servicio y a disposición de la comunidad.
Una vez entregadas las medallas y distinciones tomó la palabra en nombre de todos
los distinguidos Celso Navarro, quien solo tuvo palabras de agradecimiento ante el
reconocimiento que les otorga la Villa de Moya, lugar que de una forma u otra ha
marcado la vida de todos ellos.
El alcalde de la Villa de Moya, Raúl Afonso, en su discurso destacó “somos un
pueblo agradecido que sabe valorar el esfuerzo y la dedicación de quienes han
contribuido a forjar y engrandecer la Villa de Moya”, características que cumplen
todos los vecinos homenajeados en el día de hoy. “Somos un pueblo que acoge sin
condiciones, siempre de manera amable y sincera, con el corazón abierto de par en
par”. Raúl también agradeció a todos y cada uno de los vecinos, de la misma forma
que finalizó agradeciéndoles su contribución al municipio con amor y orgullo.
Un acto especial y emotivo en el que los agradecimientos y los recuerdos estuvieron
presentes desde el principio hasta el final. Una forma de agradecer de una manera
simbólica a quiénes han marcado la historia de Moya y de todos sus vecinos a lo
largo de los años.